¿Tus programas de inversión social tienen impacto?
Tal vez tu respuesta es que ¡SÍ! Porque ahí están los miles de dólares de inversión en el proyecto o los grupos beneficiarios o hectáreas reforestadas. Pero, ¿realmente estás hablando de impacto o te estás refiriendo únicamente al resultado del proyecto?
La inversión de las empresas en programas sociales es una práctica que ha cobrado relevancia en los últimos años debido a la creciente necesidad de crear valor compartido para los stakeholders, incluyendo colaboradores, clientes, proveedores y la comunidad en general. Esta inversión puede darse de muchas formas, desde donaciones a organizaciones sin fines de lucro hasta la creación de iniciativas propias para abordar problemas sociales específicos.
Desafíos en la medición
Sin embargo, ¿Cómo podemos realmente decir que estamos transformando una realidad y que nuestro proyecto está logrando una transformación social o ambiental que vaya más allá de la inversión financiera realizada? Sabemos que seguramente te has enfrentado a estos desafíos:
- No contar con indicadores estandarizados y homologados por entidades reguladoras como fundaciones y organismos públicos.
- La alta carga de trabajo operativo dentro de las organizaciones limita la capacidad de dirigir esfuerzos hacia la medición del impacto de proyectos y programas implementados dentro de una empresa.
- Comunicar de manera clara, eficiente, profesional y sin vulnerar los derechos del grupo con el que nos estamos comunicando.
- El elevado costo en tiempo y recursos para la recolección de la información necesaria para la medición. Y podríamos mencionar muchos más.
Los pasos para medir indicadores sociales
En el 2019, según la novena edición del reporte del GIIN, 63% de los inversionistas de impacto utilizan métricas propias que no están alineadas a ninguna metodología externa, 49% usan métricas alineadas al IRIS, 37% usan métricas estándar como GIIRS, GRI, SASB, IMP, etc. Además, 62% reporta monitorear el impacto de alguna de sus inversiones tomando a los ODS’s como referencia (GIIN, 2019).
¿Entonces por dónde empiezo?
Seguir los pasos de una metodología es fundamental:
- Objetivo: Los objetivos deben ser claros y específicos para que la medición sea efectiva y útil.
- Recursos: Pueden incluir presupuesto, personal, tecnología, equipo y otros recursos materiales necesarios para realizar la medición. La digitalización es la clave.
- Planeación y metodología: Definición de temporalidad y metodología para la medición. ¿Cuándo vamos a medir? ¿Quién va a realizar las mediciones? ¿Cómo se va a levantar la información?
- Indicadores: Son medidas cuantitativas y cualitativas y deben ser específicos, medibles, relevantes, alcanzables y tener un plazo de tiempo definido.
- Instrumentos: Pueden ser encuestas, cuestionarios, entrevistas, observaciones o cualquier otra herramienta que permita recopilar datos sobre los indicadores sociales.
- Análisis: las herramientas más importantes son la estadística y el análisis financiero para calcular el Valor Presente Neto (VAN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR).
Ahora a comunicar: 5 claves para hacerlo con estrategia:
- Pregúntate cuál es la audiencia a la que te diriges: cuando informamos a un inversionista sobre los indicadores de nuestros programas sociales la información debe ser técnica, completa, cuantitativa y cualitativa y todo esto sin perder la creatividad. Sin embargo, cuando informamos a la comunidad en la que estamos interviniendo, la comunicación es cercana, humana y con una historia que haga que esa persona se identifique.
- Aplica la “retirada del sujeto”: con el objetivo de generar confianza, se brinda la información suficiente para que cualquier persona pueda replicar los resultados obtenidos. Es decir, si un tercero quiere medir los resultados, que éstos sean los mismos.
- Enfoque en el respeto a los DDHH: si la intervención es en una comunidad vulnerable, hay que gestionar los mensajes considerando a este público. Para ello, recomendamos guías y manuales de comunicación inclusiva como la caja de herramientas de comunicación inclusiva de Sumarse o el portal de guías de comunicación inclusiva de MODII.
- Narrativa: La narrativa permite contar historias que conecten emocionalmente con la audiencia, de modo que perciban la realidad de una manera cercana.
- Generar confianza: es importante ser transparente sobre las fuentes de información y los métodos de recopilación de datos utilizados para crear los indicadores sociales.
Te recomendamos que le eches un vistazo a nuestra guía de Gestión de crisis de comunicación donde te compartimos un método para afrontar situaciones complejas con tus grupos de interés que puedan afectar la reputación de tu empresa o marca.
A pesar de que el camino hacia la medición de indicadores sociales es un reto que muchas empresas enfrentan actualmente, realizar la medición y comunicación de manera efectiva es una práctica que trae muchos beneficios a los negocios cómo: construir relaciones positivas con los stakeholders, crear valor compartido, incrementar el alcance de la organización y tener mayor certeza del impacto de los programas y modelos de intervención.
Fuentes: Guía para la medición de impacto Terraética